ANTECEDENTES
En el cultivo de cítricos se aplican gran
cantidad de productos fitosanitarios y abonos foliares. El
conocimiento de la evolución de las plagas y enfermedades, de sus
enemigos naturales, del umbral de tratamiento, del momento adecuado
para realizar el tratamiento, de los productos permitidos en función
del mercado donde se vaya a comercializar el producto, de las
incompatibilidades entre productos, de las resistencias, de la
regulación del equipo empleado, dosis y caudal de aire, pueden
determinar el éxito o fracaso del tratamiento, y en consecuencia,
producir mayores o menores problemas medioambientales y de seguridad
para los consumidores del producto e incluso para el propio
agricultor o usuario, y mayores o menores costes de producción en
función del número de tratamientos necesarios para controlar una
plaga.
La identificación, seguimiento y control de
una plaga o enfermedad requiere por tanto de unos conocimientos
mínimos en entomología, fisiología vegetal, química, maquinaria
agrícola, entre otras materias, que no todos los agricultores y
técnicos tienen a su alcance de forma sencilla. Por otra parte, no
siempre esta información se conoce o está disponible en los canales
de información accesibles a los usuarios finales. Así, a título de
ejemplo, los fabricantes de productos fitosanitarios muestran en las
etiquetas de sus productos unas recomendaciones de tratamiento para
cada cultivo. En muchas ocasiones estas recomendaciones sólo
incluyen la concentración del producto en el caldo a aplicar. Esta
circunstancia implica que la variabilidad de los volúmenes reales de
caldo y de materia activa sea muy elevada, ya que es el agricultor o
usuario el que debe tomar la decisión de aplicar una u otro volumen
de caldo, en función de criterios más o menos acertados, en
cualquier caso poco objetivos y muy habitualmente contrarios a los
actuales criterios medioambientales y de salud. En muchos casos
estas decisiones no tienen en cuenta parámetros como la edad de la
plantación, las características morfológicas de cada variedad, el
tipo de conducción, el marco de plantación, el sistema de
aplicación, etc. Factores que cabe pensar influyen en la dosis
mínima requerida para aplicar un producto.
Teniendo esto en cuenta sería importante que
los agricultores y técnicos pudieran disponer de una herramienta que
les permitiera fácilmente aplicar los productos fitosanitarios y
abonos foliares de forma efectiva, racional, económica y segura,
minimizando los efectos medioambientales sobre la fauna y flora que
rodea nuestros cultivos, y cumpliendo con los requisitos
establecidos en la legislación específica publicada en los últimos
años.
-
Directiva 2009/128/CE del Parlamento Europeo y del Consejo de
21 de octubre de 2009 por la que se establece el marco de la
actuación comunitaria para conseguir un uso sostenible de los
plaguicidas.
-
Real Decreto 1311/2012, de 14 de septiembre, por el que se
establece el marco de actuación para conseguir un uso sostenible de
los productos fitosanitarios.
DOSACITRIC
determina el volumen de caldo a aplicar a partir de la fórmula:
donde, “V” es el volumen de caldo a aplicar en L/ha, “Iv”
es el índice de dosificación en L/m3 y “K” es un
coeficiente de aplicación que depende de:
- Las
características del cultivo, incluidas volumen de la vegetación por
unidad de superficie (TRV – Tree Row Volumen), densidad foliar y
grado de poda.
- Las
características de tratamiento, incluidas el tipo de plaga y el
producto empleado en su control.
-
Las condiciones meteorológicas en las que se prevé hacer el
tratamiento, temperatura, velocidad del viento y humedad relativa.